Las secuelas son un asunto delicado.
Si no que se lo pregunten a Rian Johnson, cuya audaz secuela de 2017 de la excesivamente reverencial Star Wars: El despertar de la fuerza, Los últimos Jedi, hizo que una parte de Internet quisiera besarle.
Sin embargo, no hay tal riesgo para su segundo intento de secuela.
Glass Onion: A Knives Out Mystery es, como su título completo indica claramente, una secuela de Knives Out de 2019, la magistral carta de amor de Johnso n, la magistral carta de amor de Johnso a Agatha Christie y al género del whodunnit. Es un nuevo caso, con nuevos protagonistas y el único vínculo entre las dos películas es el regreso del caballero detective Benoit Blanc, un sexy Columbo sureño interpretado a la perfección por Daniel Craig.
En este segundo caso, el ambiente otoñal de Knives Out se sustituye por un escenario más veraniego, en el que el excéntrico multimillonario de la tecnología Miles Bron (Edward Norton) invita a un pequeño grupo de amigos y «disruptores» a su isla privada de Grecia para celebrar una fiesta de misterio y asesinato. El variopinto grupo incluye a la diseñadora de moda Birdie (Kate Hudson), la política en ascenso Claire (Kathryn Hahn), el científico Lionel (Leslie Odom Jr.), el influyente Duke (Dave Bautista) y Andi (Janelle Monáe), la distanciada socia de Miles.
Como es de suponer, las cosas no salen según lo previsto una vez en la isla; un huésped acaba muriendo y todas las miradas se centran en Blanc para resolver el caso.
Revelar algo más sobre la película sería hacerle un flaco favor, ya que Johnson ha vuelto a crear nuevas formas de desafiar y alterar las convenciones de misterio a las que el público está acostumbrado.
Dicho esto, esta entrega más grandiosa, más autorreflexiva e innegablemente más divertida de la antología Knives Out no tiene el mismo impacto sorprendente que el desenlace de la primera. Sin embargo, Glass Onion demuestra una vez más que Johnson es un narrador magistral y entiende que un misterio estelar, como un buen truco de magia, debe existir en un espacio entre complejo y aparentemente resoluble. Una vez que se desvelan las respuestas, la película no debe dar la sensación de haber engañado al público (véase la escoria de las películas de Ahora me ves), sino de haber salpicado las pistas de forma tan ingeniosa que se podría haber descifrado. Y ahí es donde la imagen de la cebolla de cristal y sus capas transparentes es el título y la metáfora perfecta para esta segunda historia de detectives en el Blanc-verso.
Hay mucho que adorar en esta entretenida mezcla de «Y entonces no quedó ninguno» de Christie y «El último de Sheila» de Herbert Ross: el tono bobalicón, el reparto que se lo pasa en grande -destacando Craig, Monáe y Hudson- y, sobre todo, el hecho de que sea sorprendentemente oportuna.
No en el sentido de «quiero ser relevante», sino en los guiños que hace al mundo moderno, que suenan verdaderos y sirven como sátira socarrona de algunos de los aspectos más frustrantes de la sociedad.
Así, del mismo modo que Toni Collette en la primera película era una parodia de la ridícula mierda de Goop de Gwyneth Paltrow y del modo en que las mujeres blancas aparentemente liberales dicen querer ayudar a la gente pero en realidad sólo buscan la aprobación del público, el personaje de Duke es una clara parodia de Joe Rogan y el ultranarcisista Miles es un doble de los Elon Musks y Kanyes de este mundo. Ya sabes, esos pomposos que sueltan palabrejas sin sentido que se disfrazan de ideas progresistas y de «tienes que ponerte a mi nivel».
Sin embargo, al igual que Knives Out y su subtexto de comerse a los ricos, Glass Onion es un misterio moderno que comenta el estado de las cosas sin ser esclavo de su comentario. Si optas por leer en ella, serás recompensado con un cuento con moraleja sobre la ceguera de la sociedad ante los bufones ricos y sin talento; si eliges quedarte puramente en el plano del misterio, no te perderás nada porque la trama te mantiene completamente satisfecho.
Todo lo que queda por decir es que Daniel Craig gritando «Shitballs!» en un acento de Kentucky debería hacer que todo el mundo pase las fiestas con una sonrisa en la cara, y aquí está la esperanza de que Johnson y Craig sigan haciendo películas de Knives Out Mysteries en los años venideros. Con la fuerza de estas dos entregas, los misterios merecerán la pena.