Una nueva investigación sugiere que los adultos que se mantienen bien hidratados tienen menos riesgo de padecer enfermedades crónicas y viven más que los que no ingieren suficientes líquidos.
El estudio de los Institutos Nacionales de la Salud publicado en eBioMedicine analizó los datos de salud de 11.255 adultos. La información se recopiló durante un periodo de 30 años en cinco visitas médicas: las dos primeras cuando los participantes tenían 50 años y la última cuando tenían entre 70 y 90 años.
A continuación, los investigadores evaluaron cómo los niveles séricos de sodio de los participantes, que aumentan cuando disminuye la ingesta de líquidos, se correlacionaban con el envejecimiento biológico. Esto se evaluó a través de 15 marcadores de salud, como la presión arterial sistólica, el colesterol y el azúcar en sangre.
El estudio descubrió que los adultos con niveles séricos de sodio superiores a 142 mEq/L tenían más probabilidades de ser biológicamente mayores que su edad cronológica y un mayor riesgo de muerte prematura.
Además, los adultos con niveles séricos de sodio superiores a 142 mEq/L tenían hasta un 64% más de riesgo asociado de desarrollar enfermedades crónicas como insuficiencia cardiaca, ictus, fibrilación auricular y arteriopatía periférica. Los niveles séricos de sodio más elevados también se relacionaron con mayores probabilidades de desarrollar enfermedad pulmonar crónica, diabetes y demencia.
«Los resultados sugieren que una hidratación adecuada puede ralentizar el envejecimiento y prolongar una vida sin enfermedades», afirma la doctora Natalia Dmitrieva, autora del estudio e investigadora del Laboratorio de Medicina Regenerativa Cardiovascular del Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (NHLBI), dependiente de los NIH.
Los investigadores, sin embargo, señalan que los hallazgos no prueban un efecto causal. Se necesitan más estudios para determinar si una hidratación óptima puede prevenir enfermedades crónicas y aumentar la longevidad.
Un estudio de 2022 que incluyó a 5.604 participantes de 26 países calculó cuánta agua necesita una persona al día. Los investigadores descubrieron que una persona normal en EE.UU. o Europa debería beber entre 1,5 y 1,8 litros al día.
Según el estudio, la ingesta óptima de agua viene determinada principalmente por el gasto energético, que es la energía que necesita el cuerpo para realizar las funciones esenciales.